¿Una innovación Disruptiva o Incremental en la Gestión del Talento Humano?

¿Una innovación Disruptiva o Incremental en la Gestión del Talento Humano?

 

 

La innovación se suele asociar generalmente a la mejora continua (Innovación incremental), esa que va introduciendo pequeños cambios en productos o servicios ya existentes, y que simplemente te hace seguir a la misma velocidad que la competencia. En las grandes compañías se suele pasar por alto otro tipo de innovación (Innovación disruptiva), que conlleva un riesgo mayor pero que es la que realmente genera avances, transformando el mercado y permitiendo a la organización el acceso a nuevos nichos de mercado.

 

El departamento (aún llamado) de Recursos Humanos no es muy dado a introducir cambios importantes dentro de sus prácticas, por lo que sería más adecuado hablar de una “innovación incremental” cuando hablamos de innovar en la gestión del talento humano. La mayoría de los profesionales de esta área, afirmarían que no es posible una “innovación disruptiva” cuando se habla de personas, ya que el producto final será una mejora del equipo que ya tienes.

 

Sí, muchos imaginamos que una innovación disruptiva dentro de la gestión de equipos, pasa por sustituir a “todo el mundo” para contratar a un nuevo equipo que haga las cosas de forma diferente (y mejor). Pero no debería de ser así, ya que está comprobado que introducir cambios en la gestión de personas no causa ningún efecto si lo hacemos de forma incremental, a largo plazo y con periodos de aprendizaje que harán eternos los resultados, o simplemente los diluirán de forma que las personas no sean conscientes de los mismos. Con esto, terminaríamos adaptando las viejas costumbres a los nuevos métodos.

 

Ahora, bien… ¿Cómo iniciamos el proceso de una innovación disruptiva?

Sin dudas, resulta más arriesgada y requiere de más energía aplicar una innovación disruptiva dentro de los equipos de trabajo, pero deberíamos apostar por ella. Tampoco debemos complicarnos mucho la vida, ni complicársela a los demás, solo es necesario tener claras las siguientes ideas.

 

  • Busquemos la integración: Creemos grupos “multigeneracionales” y con puntos de vista diferentes, heterogéneos y autosuficientes. Dejemos de jugar a la uniformidad de los equipos, nuestro trabajo no debería de ser el de adivinar si todos/as se llevarán bien; pero si debemos ocuparnos de crear el ambiente para que eso ocurra.

 

  • Apostemos por una comunicación abierta: Ofrezcámosles a los grupos herramientas que permitan dicha comunicación y donde ellos sean protagonistas. Desechemos la idea de que la información solo la pueden tener “algunos”.

 

  • Creemos un ambiente donde logremos satisfacer la curiosidad de todos/as: Las personas necesitamos saber qué pasa a nuestro alrededor, lo hacemos de forma continua en la vida, y ¿Por qué no en el trabajo? No podemos defraudar, los equipos necesitan saber qué sucede dentro de su entorno, y eso solo tiene un camino: La sinceridad. Eliminemos cualquier aspecto de las antiguas costumbres que genere incertidumbre y sobre todo a aquellos que viven de generarla.

 

¿Te atreves a cambiar? Pero hazlo de una manera rápida, disruptiva, no lo pienses tanto. Si lo hacés, darás argumentos a los que tienen miedo de cambiar.